Poblada de antiguo por los vacceos, algunos historiadores la identifican con la antigua Arbocala que conquistó Aníbal el cartaginés, aunque quizás su nombre derive el toro o verraco que se conserva frente al arco de Santa Catalina. Por contra, no se conocen restos romanos en la ciudad, aunque sí en sus alrededores.
Durante la Edad Media fue una de las ciudades más prósperas del Reino de León por su producción vitivinícola. Del siglo X data el castillo con sus siete cubos.
El puente (siglo XIII), consta de 22 arcos apuntados y constituye la imagen típica de la localidad castellano leonesa.
De la primitiva muralla (siglo X) quedan algunos restos encastrados en los muros de algunos edificios y el arco del Postigo con la capilla de Nuestra Señora de la Antigua remodelada en el siglo XVIII.
El arco el Reloj, sobre la antigua puerta del Mercado (siglo XVIII), tiene el mérito de haber amasado sus materiales con vino, según atestigua la leyenda. Del segundo cinturón de murallas se conservan las puertas de la Corredera (siglo XVII) y Santa Catalina (siglo XVIII)
Fue la primera ciudad donde se reconoció a Fernando III como Rey de León. Aquí también nació el rey Juan II de Castilla y León.
Y se libró la batalla de Toro entre los Reyes Católicos y los partidarios de Juana la Beltraneja.
Comenzamos visitando una bodega:
Después visitamos el Museo del queso y probamos los quesos de la zona:
Nos vamos a comer y al Monasterio de Sancti Spiritus, fundado en 1316 por Doña Teresa Gil, en el se encuentra, entre otros, el sepulcro de Doña Beatriz de Portugal, una bella obra realizada en alabastro. En su interior se pueden contemplar bellas armaduras moriscas, una colección de sargas del s.XVI y un destacado museo de arte sacro.
Nos sorprendió mucho la riqueza artistica del monasterio y su guía, Ana, encantadora. Al finalizar la visita guiada compramos dulces hechos por las monjas de clausura que viven en el Monasterio.
Volvemos hacia la Colegiata, con la puerta de la Majestad (siglo XIII) y arquivoltas repletas de ángeles, apóstoles o diáconos. Su época de construcción se desconoce a ciencia cierta, aunque posiblemente fue en el siglo XII. La Virgen aparece en el dintel y en el tímpano. Su interior alberga el cuadro La Virgen de la mosca, de autor desconocido. Es una obra de gran belleza. También son de señalar los sepulcros góticos de los Fonseca, en la capilla mayor, y su serie de retablos y esculturas.
Nos espera el bus y Toro nos dice adiós…
Quisiera dar las gracias a cada uno de los participantes en esta excursión, así como a Juan; nuestro conductor y al Monasterio de Sancti Spiritus por la visita y esa repostería tan rica.
Info sobre Toro en pdf, http://www.cult.gva.es/sumbbaa//-DocumentoDigitalizado1/DJESER/2DJESER-2%202.pdf
¡Espero que lo pasarais bien y volver a veros muy pronto!
Si alguien no quiere que aparezca alguna de las fotos en la que salga, por favor que escriba a info@ludicum.com.
¡Feliz semana!
Marga