Nos encontramos en Atocha para iniciar una nueva excursión, esta con destino a Peñafiel.
Su origen se remonta a culturas prehistóricas —existen restos de asentamientos vacceos en los alrededores—, aunque es durante la Reconquista cuando se asienta un núcleo urbano al pie del cerro que domina el Castillo.
La villa, que había sido incorporada a la corona de Castilla en 1367, fue otorgada el 21 de julio de 1448 a Pedro Giron
La ilustre villa de Peñafiel contó —desde su fundación en 1013— con una verdadera historia, vinculada al proceso artístico y social. Albergó un gran número de edificios civiles y religiosos de gran importancia. Desde la etapa medieval, Peñafiel llegó a reunir un total de 18 Iglesias, así como los tres Conventos (Dos de frailes y Uno de Monjas). Aparte, también de las seis Ermitas documentadas, dos de ellas conservadas; fruto de la gran religiosidad de las gentes del lugar y la época.
Llegamos al castillo para visitarlo
El castillo de Peñafiel comenzó a levantarse en el siglo X, aunque su aspecto actual es producto de las importantes intervenciones que tuvieron lugar durante los siglos XIV y XV. Está construido con piedra de Campaspero y es una interesante muestra del gótico germánico. Sus dimensiones son 210 metros de largo, por 33 de ancho. Se alza sobre una loma estrecha y larga que le proporciona la característica forma de una nave.
Este castillo está ubicado en un cerro desde donde se pueden ver los valles Duratón y Botijas. Su aspecto exterior es liso y tiene una sola puerta. La torre del homenaje con una ligera orientación al norte, tiene planta rectangular, sobrepasa los 30 metros de altura y 14,5 por 20 de base, está coronada por ocho torrecillas y alberga tres plantas abovedadas. La torre está flanqueada por dos patios. El interior del castillo tiene dos plantas con bóveda de piedra.
El origen del nombre se debe al ser reconquistada por el conde castellano Sancho García al cual se le atribuye el cambio del primitivo nombre de Peña Falcón por el de Peñafiel cuando el conde Sancho García pronuncia la célebre frase «desde hoy en adelante esta será la peña más fiel de Castilla».
En 1442 nació aquí el desdichado príncipe de Viana. Hijo de Juan II de Aragón y Blanca de Navarra. A la muerte de su madre, se vio obligado a gobernar el reino con la segunda esposa de su padre. Surgieron discordias y el reino se dividió en dos grupos. El príncipe fue encarcelado y murió envenenado a los pocos meses.
Está considerado como una de las joyas de los castillos vallisoletanos y uno de los ejemplos de los llamados castillos roqueros en España.
En el mismo castillo, visitamos el Museo Provincial del vino, El museo del vino está instalado en el castillo de Peñafiel y fue proyectado por el arquitecto Roberto Valle González. El patio sur alberga diversos espacios del museo y consta de tres pisos (planta baja, entreplanta y sótano). El último piso lo ocupa una biblioteca de investigación, el intermedio la sala de recepciones y en la planta baja se instaló la sala de catas y degustación.
La exposición es un recorrido por la historia y la cultura del vino, acercando al visitante a las técnicas de producción y elaboración.
Y de ahí nos vamos a comer, dando un paseito de camino al restaurante.
Por la tarde nos vamos a las Bodegas de Protos donde hacemos una visita guiada por las bodegas y una cata de vinos.
Aquí os dejo las fotos que fui haciendo. Si alguien no quiere ver publicada alguna en la que le moleste salir, por favor que lo comunique por e-mail a info@ludicum.com.
Gracias a todos por vuestra participación: Maria, Conchi, Rosa, Javier, Francisco, Silvia, Jose Antonio, Angeles, Elena, Socorro, Laura, Soledad, Santiago, Puri, Helena, Karen, Teresa, Mª Angeles, Mercedes, Isabel, Sonia, Olga, Jose, Jose Antonio, Nieves, Natalia, Milagros, Mª Eugenia, Ana, Urbano, Mª Jesus y Carmen!!
Hasta pronto!!
Marga