Queremos dar las gracias al sol, esta estrella que se encuentra en el centro de nuestro sistema solar y que el sábado, pese a la predicción del tiempo de lluvia, frío y demás…¡brilló! ¿solo para nosotros?
Este 22 de marzo nos obsequia con una mañana preciosa de sol para hacer nuestra ruta por las Hoces del río Riaza, andamos, reímos, nos cansamos y disfrutamos de este maravilloso paisaje acompañados de nuestros guías: Inma, Victor y Pablo, a los cuales agradecemos su labor y paciencia.
Llegamos a comer al restaurante Veracruz, precioso! Creo que nos sorprendió a todos gratamente, que ventanales para divisar las esplendidas vistas. Cuando empezamos a comer….¡comienza a granizar! ¡¡Gracias sol por haber podido brillar hasta que estábamos a cubierto!! Nuestro agradecimiento a todos los camareros por su esmerado servicio y a Chelo, que lo hizo posible.
Al salir de comer, pudimos ver la Ermita de Veracruz:
La planta del templo tiene forma de polígono de doce lados. Es curioso que en algunas guías se habla de octogonal. Hay que decir que, ciertamente, son ocho los lados que se aprecian a la vista por estar cuatro tapados por la torre y por la cabecera triabsidal, pero la geometría del templo se corresponde a un polígono dodecagonal. Las esquinas de este polígono llevan refuerzo de estribos
De este edificio de planta centralizada emerge una cabecera con tres ábsides de planta semicircular, uno principal y dos secundarios dirigidos litúrgicamente hacia levante, a los que se añadió un cuarto adosado al costado norte, que parece más tardío, con algunos rasgos mudéjares y empleado como sacristía. El carácter tardío de este templo se acentúa al comprobar su ausencia decorativa exterior y la presencia de canecillos de nácela doble o sencilla, bajo influencia ya de la estética cisterciense.
El ingreso se realiza a través de dos puertas, al sur y al oeste. La principal es la de poniente y está protegida bajo tejaroz con canecillos y metopas, que la homologan con el resto del románico segoviano.
Tiene cuatro arquivoltas de medio punto, con decoración de dientes de sierra, y los capiteles muestran guerreros en pleno combate, arpías y seres demoniacos atormentando a un pecador. También dispone de tímpano, pero es completamente liso.
La portada meridional es más sencilla y pequeña, con cuatro arquivoltas lisas y de baquetón sobre jambas y dos pares de columnas. No tiene tejaroz.
Hay que fijarse en el desgastado relieve que hay inmediatamente por encima y que parece representar la escena de las Tres Marías ante el sepulcro vacío de Cristo. Esta representación refrendaría la vinculación de la iglesia con el Santo Sepulcro de Jerusalén. Entre esta puerta y la cabecera se yergue una torre de escasa monumentalidad, con tres cuerpos, de los que los dos primeros son románicos.
Al acceder al interior, el visitante se ve envuelto en el embrujo de esta inefable construcción. Hay que fijarse que el contorno interior del muro periférico es -como ya hemos apuntado- circular y no poligonal.
Protagoniza el centro del templo un edículo a modo de núcleo o corazón, también alzado sobre la planta de un dodecágono con columnas en los vértices. Este edículo se une a los muros exteriores mediante bóvedas de cañón reforzados con fajones radiales. Todos los capiteles de la enorme colección de columnas del recinto son vegetales y/o geométricos. No Hay cestas figuradas.
El citado edículo tiene dos pisos. El inferior, de escasa altura, está abovedado con crucería apoyada sobre cuatro columnas y a su interior se accede a través de cuatro pequeños arcos.
Desde su centro se origina un interesante fenómeno acústico, por el que cualquier sonido produce una fuerte resonancia.
Por dos escaleras se sube al piso superior que se cubre con bóveda de nervios paralelos sin juntase en su centro, similar a la del crucero de San Millán. Este piso está abierto hacia el ábside mayor y en su centro hay una gran piedra tallada, a modo de altar, con decoración en bajorrelieve de imaginativo juego de arcos entrecruzados sobre columnas de fustes zigzagueantes, de gusto muy oriental.
Por encima de esta bóveda existen dos pequeños habitáculos «secretos» solo accesibles desde el exterior con escaleras de mano y cuya funcionalidad ha sido controvertido y discutido por los principales estudiosos.
La regularidad del interior se rompe al haberse construido tres capillas al modo habitual románico, es decir, con tramo recto y hemiciclo, abovedados con cañón y horno, dirigidas hacia el este.
En el central hay una imagen de madera del Crucificado que podría ser del XIII pues conserva características románicas, pero tiene ya tres clavos.
Y nos disponemos a visitar el pueblo de Maderuelo, con frío y viento, pero disfrutamos de este precioso pueblo, sus casas, su miel y un cafetito..
Cuando montamos en el autobús, un precioso atardecer nos dice adiós. No puedo evitar sentir algo de nostalgia, como si algo de nosotros se quedara allí para volver a la realidad…
Gracias a cada uno de los 45 participantes en esta excursión, ¡todos aportáis algo importante a cada salida!
Agradecimiento muy especial a Fede, por tener la idea de visitar su pueblo y por enseñárnoslo, ademas de gestionar la apertura de la Ermita de Veracruz. ¡ Gracias, Fede!
Aquí os dejo las fotos de este día que pudimos compartir. Por favor, si me mandáis las que hicisteis el resto por e-mail (marga@ludicum.com) las publico para todos. ¡Gracias!
¡Hasta pronto!
Marga
Mas fotos que nos envía Luis y al que damos las gracias!! Luis, que bonitas,¡¡ gracias!!!