Beatriz Galindo formaba parte de una familia numerosa, fue escogida con mas niñas para el Claustro Conventual; iba a ser monja y por esta razón sus padres decidieron que se instruyera en materias tales como latín, era el único idioma que derribaba fronteras. Con pocos años de edad dominaba dicha lengua. Y poco a poco su fama se propagó, primero por Salamnaca, luego por la Provincia y por el Reino, y ya empezó a ser conocida como La latina
Con 16 años era una auténtica experta en los textos clásicos, los que nos transmitieron los griegos y los romanos, y con especial dedicación se fijó en los libros y enseñanzas de Aristoteles. Cuando contaba con 21 empezó su gran historia, siendo la profesora de los hijos de la Reina Isabel I de Castilla, así es como se situó en la Corte, como mujer sabia, que estaba junto a la Reina en todo momento, que sirve de asesora en situaciones delicadas, y que la acompañan incluso en cada viaje.
Ella recibía un tratamiento de Criada (o al menos ese era el sueldo que cobraba). Ella misma se autodenominó criada o moza de la Reina. Pero hay motivos más que justificados para pensar que Beatriz Galindo fue mucho más que eso. Fue amiga personal y fiel consejera de Isabel I de Castilla.
Se unió a Francisco Ramirez, oficial que buscaron los Reyes preocupados por su situación de soledad, que falleció en combate a los 10 años, después de tener 2 hijos; los cuales murieron muy jovenes. Beatriz se enterga a obras de caridad, dejando toda su fortuna a gentes necesitadas.
Por todo esto, Beatriz Galindo fue una mujer muy querida. Murió con casi 69 años en 1534. Beatriz Galindo “La Latina”, una de las mujeres más cultas y refinadas de su tiempo, una mujer que vio morir la Edad Media, y el renacer de una nueva intención, de la modernidad. Una mujer, como tantas que caminó con paso firme, y que abrió las puertas a otras como ella.
Hoy en día, uno de los barrios más castizos de la capital madrileña, lleva por supuesto el sobrenombre con el que la recordamos, La Latina…